Narrativas Culinarias

La buena pierna

La buena pierna

Y todo empieza con los que extrañamos… Asi esta mañana, pensando en mis hijos que se han ido a ilustrarse y ha descubrirse entro al rincón más caliente e iluminado de mi casa, la cocina. Saco una buena pierna de carnero y la envuelvo en cebollas, ajos, jengibre , la espolvoreo (como si fuera una maga) de cúrcuma, semillas de mostaza, sal de campeche, pimenta gorda y flaca, hojas de Laurel de mi pequeño árbol que mi amada amiga Lupe me regaló antes de irse. La meto en una bolsa que empaco al vacío y la pongo a cocer en el ya tan famoso “sous-vide” y la dejo 12 horas a que el agua caliente haga el resto del trabajo.  Escucho el sutil  movimiento del agua y sigo imaginando los sabores que tanta felicidad hacen en los paladares de mis amados.

Corto jitomates y los frío en aceite de oliva, para luego integrarlos al jugo de la pierna y hacer una salsa sedosa, que  despierta a mi esposo por sus dulces aromas. En un rato la serviré con un puré de garbanzos con cilantro, hierbabuena y chile. Con un arroz al azafrán y unas habitas verdes que me encontré en el mercado.

La casa huele a incienso, a cúrcuma, a mantequilla y a lluvia.  Entre los aromas y las añoranzas de los que he amado y los que amo, quisiera ver un mundo más en paz. Quisiera sentarme y verles sonreír y gozar. La vida no es tan solo una buena pierna, pero ayuda…

Turn, turn, turn…2015

Turn, turn, turn…2015

Las fiestas...

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