Narrativas Culinarias

Un desayuno sin esfuerzo

Un desayuno sin esfuerzo

Ayer estuve en el MUAC (Museo Universitario de Arte Contemporáneo), en una gran sala colgaban locuras imaginadas por el hombre, arte y sonido, bullicio de personas, de -¡holaaaa, que gustazo!!!- ; de explicaciones y asombros; de egos pequeños y egos grandes.  Ahí estaban los amigos de mis padres, bueno los que quedan, que creo que no son muchos, vestidos de negro, mis artistas de la "generación de la ruptura", con los que crecí creyendo que el mundo era de los artistas y del arte.  Escuchando a mi padre y a esta generación no solo de ruptura, sino de maestros, mis sentidos siempre estaban presentes.  Al platicar ayer con ellos y ver en sus ojos y en su obra a mi padre, solo quise regresar a esa "infancia perdida" de domingos en el campo comiendo langostinos y bajando al río a mojarnos los pies.

Recordando mi niñez y buscando ese alimento que te da calor y consentimiento recordé el aroma de la leche caliente con canela, azúcar y avena. De niña me gustaba darle un para de cucharadas, de adolescente me gustaba ponerle fresas y miel maple, a mis hijos se las cocine y se las adorné de muchas y variadas maneras. Hoy ni quien se acuerde de ella, todos estamos muy apresurados, mis hijos ya ni en casa están. Pero la avena ahí sigue y me llama a comerla.

Hace unos años estando en una playa hermosa en la Costa Alegre, Jalisco, llegaron al hotel, d dos mujeres altas, esbeltas, bronceadas y  rubias. Se sentaron a desayunar y su comida consistió de un plato te avena con manzana rayada, nueces y miel con una copa de champaña.  Pensé que eso eran un desayuno genial para una mañana nublada y un día de añoranza. Nunca lo como, pero quedo grabado en mi memoria.

Anoche me di a la tarea de preparar con esmero mi avena, hoy por la mañana la aderecé con todo tipo de semillas, manzana e higos secos...pero con un rico café de granos del estado de Guerrero. Me dio luz en mi corazón y tuve un domingo donde disfrute caminar y caminar y perderme por las hermosas calles de la ciudad de México.

Avena Gozosa

Ingredientes: (para dos enamorados)

1 taza de avena integral, 1 taza de leche de coco (o leche entera y cremosa), 1/2 taza de jocoque (o de crema de verdad, de esa sabrosa), 1/2 cucharadita de canela molida, 1/4 cucharadita de jengibre molido, una pizca de sal, miel de abeja al gusto. Para aderezar: 1 manzana rayada, nueces, almendras, semillas de linaza y todas esas cositas que hacen crunch y masajean tu cerebro, higos secos cortados.

Preparación:

Poner a remojar la avena con la leche y el yogurt y las especias que alegran el alma por una noche. En la mañana lo aderezas con todo el resto de los ingredientes. Te haces un delicioso café o un te y luego te sientas con la música que mas te guste y sales a descubrir tus calles y a dejar que los pensamientos jueguen sin aferrarte a ellos.

 

 

Pollito al horno con uñas pintadas

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Pollitos de Leche

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